Una lección que me ha dejado mi práctica de psicóloga es que TODO lo que conocemos, finalmente son construcciones. No verdades absolutas.
Alimentación Consciente pueden ser muchas cosas!! para mí no tiene tanto que ver con qué comes sino con el CÓMO.
Alimentación Consciente de la persona que come, de la persona que siente, piensa, que tiene una historia afectiva y cultural respecto a su comida, preferencias y contextura.
Para mí comer consciente tiene como consecuencia principal el que puedas COMER EN PAZ, es decir, comer y seguir con tu día tranquilamente. Sin culpas, sin pensamientos rumiantes, sin remordimientos, negociaciones, ni cálculos matemáticos.
Alimentaros es tan natural como respirar, ¿en qué momento empezó a ser un problema?
Nos hemos desconectado de los alimentos, los procesos y las personas.
La alimentación se ha vuelto robótica, una serie de cálculos para dar energía a una máquina estándar, para que tenga un rendimiento promedio. Muy funcional al sistema ¿no?
¿Y si alguien decide salirse de ese molde?
Salir del piloto automático, ser consciente de los propios patrones mentales, emocionales y culturales en relación a la comida y al cuerpo, es realmente revolucionario y requiere valentía, porque la gran mayoría sigue dormida tragándose los mensajes de la publicidad sin digerir: toma esto para bajar de peso, come esto para vivir 100 años y estar delgada, ponte esto para que se note la celulitis, etc.
Entre calorías, carbohidratos, dietas A, B o C, horas de ayuno, rutinas de entrenamiento...nos olvidamos de la persona que come y empezamos quedar con hambre de experiencia humana.
La comida es un placer! un rito, un enjambre de significados afectivos y culturales... ¿cómo querer cortar todo eso de raíz? esa es una lógica colonial: arrasar con todo lo que no calza con este sistema que quiero imponer (cultura de la dieta, patriarcado, mercado...tantos nombres).
Esta lógica que ocupa el juicio como arma, termina diciendo "esta comida es buena, esta comida es mala". Da lo mismo de qué alimento estemos hablando, esta lógica de juzgar te aleja de experiencia y te coloca en hiperalerta (ansiosa), porque en cada decisión alimentaria terminas jugándote la decisión ética y moral de actuar bien, o actuar mal ¿quién disfruta su plato así?
El ciclo es asi: juzgas, te pones ansiosa por tomar la mejor decisión, si lo hiciste bien quedas ansiosa del siguiente paso hacerlo igual de bien o mejor. Si lo hiciste mal, te sientes culpable, te autocastigas, te tratas tan mal como no tratarías a nadie más en tu vida.
Jaque mate. Ninguna opción te deja feliz, tranquila, en paz.
Deja de juzgarte.
Comer es normal. Sentir hambre es normal.
Sin embargo, ¿quién tiene hambre cuando tienes hambre? ahí empieza el trabajo de hacerse consciente.
Puedes comer al menos por 4 razones (puede hacer más), estas son:
- Hambre realmente
- Emociones múltiples (no todo es ansiedad)
- Restricción (tus células tienen hambre! lo light no te nutre)
- Estímulos sensoriales o apetito (ver a alguien comer, sentir el olor, etc.)
También podríamos nombrar los condicionamientos sociales, culturales y mentales, como por ejemplo "en los cumpleaños se come mucho"...¿y si no tienes hambre? ni te enteras.
Te vuelvo a hacer la pregunta...¿quién tiene hambre cuando tienes hambre?
Para responder esa pregunta y saber qué parte de ti no está satisfecha, tienes que poder parar tu piloto automático y escucharte.
Si vives en la máquina, respondiendo con prontitud a todas las cosas, estando disponible para todo el mundo menos para ti...no podrás hacerlo.
Parar el piloto automático es una habilidad que se entrena y se recupera.
Por eso, para trabajar la relación con la comida y con el cuerpo, la persona que come tiene que hacerse consciente de sí misma.
Ahí está el trabajo personal. Ahí empieza y se expande la conciencia hacia rincones insospechados y pocos explorados.
Si aceptas la invitación, el viaje de la conciencia será hermoso y sin retorno.
Lo más difícil siempre es partir.
Te abrazo!
Macka Duhalde.
Psicóloga
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