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Autocuidado en vacaciones

En este artículo te quiero compartir algunas ideas para que no sueltes tu autocuidado en vacaciones.


Pero primero ¿cómo te imaginas el autocuidado?


Si te lo imaginas como una lista de cosas saludables y fitness que requieren mucho esfuerzo de tu parte, seguramente te costará mucho sostenerlo durante el año y llegadas las vacaciones estarás tan cansada que será lo primero que dejes.


Sin embargo, si te lo imaginas como una actitud, un estado de consciencia más que una lista de acciones específicas, es mucho más probable que puedas cultivarlo todo el año.


Me gusta aclarar: cultivar el autocuidado no es sostenerlo.


Sostenerlo nos habla del esfuerzo que significa, de la fuerza de voluntad que te requiere, del sabor a sacrificio que te deja y de lo poco que va a durar eso en momentos de cansancio o estrés.


En cambio cultivar nos trae la imagen de las plantas: pones una semilla, la riegas, la cuidas. Pero la planta no necesita sólo una acción para crecer.


A veces ni siquiera necesita acción, a veces sólo requiere tiempo.


Tú puedes comprometerte a cuidar la planta, pero no puedes predecir ni controlar su crecimiento.


Una parte importante de cuidar una planta es tener paciencia y soltar el resultado. Si tienes plantas tal vez puedas reconocer que te amigas con el proceso de cuidarla, y de paso, es hermoso cuando te regalan belleza.


Pero cuando cuidas tus plantas ¿estás lamentándote por las pocas hojas que tienen, porque le faltan flores o porque te gustaría que fueran de otro color?


Si eso te pasa, es probable que no seas usuaria frecuente de plantas. Tal vez probaste una o dos veces y te aburriste, porque no tenías los resultados que esperabas.


Los "planta lovers" aman el proceso: cuidar, regar, ver lo que necesitan, darle las condiciones para que la planta se desarrolle, observar su proceso, darles tiempo, cariño y disfrutar cada etapa.


Para mí el autocuidado que permanece se parece mucho más al proceso de cultivo de un jardín, que a un resultado concreto que requiere esfuerzo.


Dicho esto, pongámonos en el escenario de vacaciones:


Otros ritmos, otros compromisos, un entorno físico diferente muchas veces.


Lejos de tus rutinas, tus alimentos de siempre, todo.


Lo primero que es importante considerar es que hay que aceptar que el contexto es diferente, para bajar la autoexigencia de que el autocuidado tiene que verse exactamente igual que el resto del año.


Aceptar que el contexto cambia es amigarse con la idea de que autocuidado es un proceso y no una meta concreta (porque cuando te pones metas te rigidizas muchas veces, como si tu valor estuviera puesto en "lo logré" o "no lo logré").


En un contexto diferente no importa tato que mantengas exactamente las mismas rutinas, pero sí que mantengas la consciencia de que cuidar de ti es importante siempre, sin importar la época.


Entonces ¿cómo se vería tu día a día cotidiano si lo vivieras con la consciencia de que cuidar de ti es importante?


Tal vez las mismas acciones tendrían un sabor diferente:

  • Levantarte sin despertador

  • Tomar sol

  • Respirar aire freco

  • Comer sin mirar el reloj

  • Tomar un mate

  • Leer un libro

  • Escuchar música

  • Compartir con las personas que amas

  • Caminar

  • Comer rico

  • Bailar

  • Dormir siesta


Todo puede ser autocuidado si lo haces con la consciencia de que cuidar de ti es importante.


Así como la planta necesita acciones concretas, pero también tiempos de sólo esperar donde aparentemente no pasa nada (pero está pasando todo porque de repente aparece un brote listo), tú también necesitas tanto de acciones concretas y también de momentos de receptividad y pasividad.


Ambas caras de la moneda son autocuidado si lo vives con la consciencia de que lo eso.


Podrías hacer las mismas cosas de la lista anterior y sentirte culpable porque no estás haciendo la misma rutina de ejercicio que en el gimnasio, o no estás tan ordenada con tu alimentación como lo estabas en tu casa.


O puedes hacer las cosas de la lista con consciencia de autocuidado y disfrutarlas como parte del proceso y volver de tus vacaciones nutrida y restaurada.


Lo que quiero mostrarte es que el autocuidado no está afuera en las acciones concretas, sino que existe primero en tu actitud, en tu estado de consciencia.


Una vez que está esa semilla, lo que sigue es cuidarla, cultivarla y enamorarse del proceso más que el resultado.


¿Te hace sentido? Cuéntame.


Te dejo un regalo extra: descarga mi ebook 7 pasos para una Alimentación Consciente para que vayas transformando tu cotidiano desde un nuevo estado de consciencia interno, estés donde estés y sea la época que sea.




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